Nos conocimos en un barco
sin coincidencia alguna,
tú ganaste en un trato
y yo hice una locura.
Me salvaste la vida
y mi amante se extrañaba.
Yo te estaba agradecida
y tú me enamorabas.
Nunca olvidaré la fiesta
a la que tú me invitaste,
mi mejor compañía era esta,
y solo eras de tercera clase.
Sentía que volaba
en la proa del barco,
y luego me pintabas
en tu gran papel blanco.
El Titanic se hundía
y el final se acercaba.
Adiós, vida mía,
tu muerte nos separa.
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